domingo, 8 de julio de 2012

un siempre en el jamás






Yo en cambio pienso que sólo se puede hacer una cosa: dar con la tarea para la cual has nacido y llevarla a cabo como mejor podamos, con todas nuestras fuerzas, sin buscarle tres pies al gato y sin creer que nuestra naturaleza animal tiene algo de divino. Sólo así tendremos el sentimiento de estar haciendo algo constrictivo en el momento en que venga a buscarnos la muerte. La libertad, la decisión, la voluntad, todo eso no son más que quimeras. Creemos que podemos hacer miel sin compartir el destino de las abejas; pero también nosotros no somos sino pobres abejas destinadas a llevar a cabo su tarea para después morir.






Es un fragmento de "La elegancia del erizo", un libro más que encantador que no pude resistirme a comprar a pesar de ya haber visto la película hace tiempo. Consigue que te enamores de la forma de pensar de las protagonistas, a pesar de tener sus diferencias. Te engancha desde la primera página y el final es el que menos te esperas.

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